miércoles, 12 de diciembre de 2018

Ensayo de mierda sobre el amor

“El amor es acto no definición”. Definir es limitar, por lo que intentar definir un sentimiento es reducirlo. Aún así, en una necesidad por comunicarnos, todos tratamos de explicar lo que sentimos. Esta explicación sólo puede llegar a la otra persona a través de dos formas: la empatía y la proyección. A través de la empatía la persona que escucha nuestro discurso puede llegar a sentir lo que le estamos diciendo. La empatía es el centro del desarrollo del colectivo como tal, ya que sin este sentimiento es imposible que una comunidad de personas se comunique y relacione correctamente. Una persona que experimenta la empatía es capaz de sentir lo que siente otra persona, pero nunca será exactamente lo mismo, ya que las experiencias que han formado a tal persona modifican su forma de sentir. La otra manera de llegar a entender un sentimiento es a través de la proyección. Cuando una persona nos cuenta algo que relacionamos con una vivencia personal podemos llegar a experimentar parte de su sentimiento a través de la proyección. Proyectamos en su relato nuestros propios sentimientos al ver una similitud entre ambos. Aún así, estas dos posturas se acercan al sentimiento pero no alcanzan la definición. Siempre que tratamos de explicar cómo nos sentimos en una situación concreta nos encontramos con que nos es muy difícil encontrar palabras adecuadas. Esto se vuelve aún más difícil cuando tratamos de explicar el concepto en sí: el amor. Un ejemplo: una persona trata de explicar a otra lo que pasa cuando la persona que ama y ella se miran. Es indescriptible, pero la otra persona lo entiende porque o lo ha vivido y recuerda cómo se sintió en ese momento o imagina ese momento y es capaz de empatizar con la situación que se le relata. Lo difícil viene cuando se intenta explicar lo que es el amor en sí. Aquí entran en juego factores sociales, culturales y morales. Hablaremos del amor porque es el sentimiento que, creo, tiene un mayor arraigo a la cultura en la que se desarrolla. Vamos a imaginar a dos personas que hablan sobre este sentimiento. Si la conversación es puramente conceptual, definir el amor no será tan difícil, pues su definición existe y está al alcance de todos. El problema es que en esta definición no hay una representación de la realidad, las personas no se sienten identificadas al leer esta definición porque es simplemente teórica. Ahora bien, pongamos que la conversación surge a raíz de una problemática. Las dos personas que forman parte de este debate intentarán definir el amor en base a dos corrientes: la dada y la propia. La dada está formada por la concepción del amor que se nos ha dado en la experiencia del día a día donde, como consumidores de cultura y miembros de una sociedad con una moral definida (en este caso occidental), hemos ido aprendiendo comportamientos que se identifican o no con el amor. La propia está formada por la manera en la que nosotros, en base a nuestras relaciones amorosas, hemos aprendido a amar. Entre estas dos corrientes se forma dentro de nosotros la definición de amor, que no es más que la anti-definición pues, como hemos dicho, definir un sentimiento es imposible. Las dos personas que debaten sobre qué es el amor nunca llegarán a un punto común ya que pueden tener una concepción teórica idéntica, incluso también una opinión en base a la educación socio-cultural similar o muy parecida, pero siempre fallará la parte personal del desarrollo de los sentimientos propios.