sábado, 28 de diciembre de 2013

La revolución de las flores

Te ví durante mucho tiempo
pero no supe mirarte
hasta el día en que tú me miraste a mí.
Entonces, entendí que entre tú y yo
sólo había un sueño de distancia,
el mismo puto sueño de siempre:
cambiar el mundo tanto como nos dejase la vida.

Sigo teniendo el mismo sueño
y las mismas ganas de que seas tú
el que me coja la mano los instantes previos a la guerra
me mires con los ojos llenos de la furia que da tener esperanza
y me toques el pelo dejando caer entre tus dedos
la paz necesaria para ganar.

Nos volveremos a enamorar en alguna revolución
pero mientras,
ojalá tu vida sea un campo de amapolas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario