Un día te levantas y alguien te dice que es 26,
que ya son 18,
te miras al espejo y te ves a tus ojos,
o a los de él,
y te das cuenta de que el reloj nunca ha contado contigo para nada.
Ni siquiera cuando lo amenzabas con secuestrar al tiempo
si no se paraba para tenerlo a él un rato más.
Y lo odias.
Te vuelves a mirar, y ya no ves lo mismo.
Ves a esa que eras tú, con 5 años,
con toda la vida bajo tus pies
y el suelo vacío para llenarlo de huellas.
Hubo un día,
en el que dejé las muñecas para convertirme en una de ellas
hasta que comprendí
que las muñecas no son más que una cara bonita
y un trozo de plastico,
y yo nunca he querido ser eso.
Quizás por eso, he aprendido que las muñecas realmente bonitas
no se ven a primera vista,
ni siquiera a segunda.
Pasé, de tirar piedras a brujas que sólo me hacían reir,
a querer tirárselas a antidisturbios que sólo sabían hacerme llorar.
Y grité, de rabia esta vez,
y volví a ser esa que lloraba cuando no se hacía lo que ella quería,
cuando se caía y veía la solucción al problema
en un chicle y 10 minutos más de diversión.
Y nos divertíamos.
Y jugábamos. Jugábamos a ser mayores,
sin saber el riesgo que eso tenía,
sin saber que las reglas cambian según pasan los años.
Y es que ahora, ya no jugamos juntos,
ni entre nosotros,
jugamos unos contras otros,
ignoramos los sentimientos
y creemos conocernos más con miles de preguntas
que con un simple: "Hola, soy Cristina, ¿quieres jugar conmigo?"
Y de eso nos servíamos antes para sonreir.
Y así es ahora.
Juzgamos más por apariencia que por personalidad,
y no le damos tiempo a la primavera para que venga
y poetice flores.
Pasábamos las horas sin pensar en nadie
y esa era la clave de la felicidad,
porque ahora nos necesitamos,
regalamos trozos de corazón,
y eso nunca ha sido ganar.
Y te vuelves a mirar y ya no ves a nadie,
porque la niña es demasiado pequeña
y la mujer es demasiado mujer...para ti.
sábado, 27 de abril de 2013
miércoles, 24 de abril de 2013
La vida
Ando por la vida con los bolsillos vacíos de trabas y miedos,
y llenos de ti, y de todos los sueños que alguna vez se posaron en mi cama
fracasando en el intento de parecersete.
Ando por ahí con la sonrisa de quien lucha por tenerte,
con la de quien sonrie por haber encontrado la felicidad,
con la triste por no verte todos los días,
con el corazón lleno de palabras
desde el día en que te empecé a conocer.
Ando por ahí con la seguridad que da saber
que no hay nadie ahí fuera que sepa cómo te siento,
que no hay nadie que sepa silenciarte la voz,
que no hay nadie que haga mejor de "nosotros" que tú y yo.
Y por eso, yo, sólo quiero seguir andando,
que mis caminos se crucen con los tuyos,
que tus ojos sigan diciendo bajito "quédate",
que el destino tenga letras que escribirnos cuando sea invierno,
que la primavera la siga trayendo tu sonrisa
y que alguien me diga
cómo se camina si la meta no es tu boca esperando impaciente a la mía
y qué coño es el amor, si no es esto.
y llenos de ti, y de todos los sueños que alguna vez se posaron en mi cama
fracasando en el intento de parecersete.
Ando por ahí con la sonrisa de quien lucha por tenerte,
con la de quien sonrie por haber encontrado la felicidad,
con la triste por no verte todos los días,
con el corazón lleno de palabras
desde el día en que te empecé a conocer.
Ando por ahí con la seguridad que da saber
que no hay nadie ahí fuera que sepa cómo te siento,
que no hay nadie que sepa silenciarte la voz,
que no hay nadie que haga mejor de "nosotros" que tú y yo.
Y por eso, yo, sólo quiero seguir andando,
que mis caminos se crucen con los tuyos,
que tus ojos sigan diciendo bajito "quédate",
que el destino tenga letras que escribirnos cuando sea invierno,
que la primavera la siga trayendo tu sonrisa
y que alguien me diga
cómo se camina si la meta no es tu boca esperando impaciente a la mía
y qué coño es el amor, si no es esto.
viernes, 12 de abril de 2013
LOS PAPÁS Y LAS MAMÁS SIN TECHO
LOS PAPÁS Y LAS MAMÁS SIN TECHO
Los niños ya no juegan a los papás y a la mamás. Juegan a no tener empleo, a no poder pagar sus viviendas. Juegan a la lucha contra los bancos, al pago indefinido de lugares donde ya no viven, juegan a quedarse sin nada. Los niños juegan a no ser tan niños, a acabar sus estudios en busca de trabajo, a tenerlo y a quedarse sin él, a dejar su vida en manos de las decisiones de políticos a los que les importa nada si viven o mueren. Juegan a tener un lugar donde vivir con sus familias, a defender lo que es suyo. Pero, ahora, los niños ya no juegan a los papás y a las mamás. Ahora los niños juegan a ser unos sin techo.
El problema de los desahucios es uno de los problemas más graves actualmente. Cada día, en España, se ejecuta una media de 115 desahucios por día o, lo que es lo mismo, uno cada 15 minutos, según un estudio del Colegio de Registradores de España. Este estudio nos muestra además que gran parte de las viviendas desalojadas estaban radicadas las cajas nacionalizadas (Caja Madrid, Bancaja y Catalunya Caixa) las cuales vivieron el auge económico de la burbuja inmobiliaria y ahora sufren todo lo contrario. Los datos son estremecedores. 115 familias son echadas a la calle cada día, 115 al día se quedan sin la vivienda que han estado pagando, y que seguirán pagando, durante años. Esta situación ha provocado suicidios en personas afectadas por este problema, que se veían incapaces de hacer frente a esta situación. Realmente no son suicidios, sino asesinatos a manos de entidades financieras. Entidades financieras rescatadas con dinero público. Es realmente intolerable e inadmisible que en pleno siglo XXI el dinero siga estando por encima de las personas y sobre todo, que en un Estado Social y Democrático de derecho se estén ejecutando miles de desalojos mientras existen miles de viviendas vacías sin cumplir ninguna función. Mientras, el gobierno, lejos de parar esta triste situación, se decica a proteger a estas entidades financieras en vez de proteger los derechos de sus ciudadanos, como un buen goberno democrático. Por esto, España ha sido denunciada por los Derechos Humanos y más organizaciones sociales por incumplir tanto la Constitución como diversos tratados internacionales que han sido aceptados y firmados por el estado español. Esta medida atenta contra el artículo25 de la declaración universal de los derechos humanos, que dice: "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios;". Atenta también contra el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos económicos, culturales y sociales, en el cual se dice que el estado esta obligado a poner todos sus esfuerzos en impedir los desalojos por motivos económicos y en caso de no evitarlos, debe actuar a favor de las familias para que se cumplan todas las garantías del proceso y estas tengan un realojo digno y favorable, y contra el artículo 47 de la Constitución Española, que dice:"Todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo al interés general para impedir la especulación. La comunidad participara en las plusvalías que genere la acción urbanística.
Por consiguiente el problema de los desahucios no sólo afecta a las necesidades básicas de la población, sino que incumple leyes aprobadas por el propio gobierno. Y se ha llegado demasiado lejos. Es el momento de luchar por los derechos del pueblo, por una vida digna.
Los papás y las mamás ya no tienen techo, pero aún tienen voz.
Los niños ya no juegan a los papás y a la mamás. Juegan a no tener empleo, a no poder pagar sus viviendas. Juegan a la lucha contra los bancos, al pago indefinido de lugares donde ya no viven, juegan a quedarse sin nada. Los niños juegan a no ser tan niños, a acabar sus estudios en busca de trabajo, a tenerlo y a quedarse sin él, a dejar su vida en manos de las decisiones de políticos a los que les importa nada si viven o mueren. Juegan a tener un lugar donde vivir con sus familias, a defender lo que es suyo. Pero, ahora, los niños ya no juegan a los papás y a las mamás. Ahora los niños juegan a ser unos sin techo.
El problema de los desahucios es uno de los problemas más graves actualmente. Cada día, en España, se ejecuta una media de 115 desahucios por día o, lo que es lo mismo, uno cada 15 minutos, según un estudio del Colegio de Registradores de España. Este estudio nos muestra además que gran parte de las viviendas desalojadas estaban radicadas las cajas nacionalizadas (Caja Madrid, Bancaja y Catalunya Caixa) las cuales vivieron el auge económico de la burbuja inmobiliaria y ahora sufren todo lo contrario. Los datos son estremecedores. 115 familias son echadas a la calle cada día, 115 al día se quedan sin la vivienda que han estado pagando, y que seguirán pagando, durante años. Esta situación ha provocado suicidios en personas afectadas por este problema, que se veían incapaces de hacer frente a esta situación. Realmente no son suicidios, sino asesinatos a manos de entidades financieras. Entidades financieras rescatadas con dinero público. Es realmente intolerable e inadmisible que en pleno siglo XXI el dinero siga estando por encima de las personas y sobre todo, que en un Estado Social y Democrático de derecho se estén ejecutando miles de desalojos mientras existen miles de viviendas vacías sin cumplir ninguna función. Mientras, el gobierno, lejos de parar esta triste situación, se decica a proteger a estas entidades financieras en vez de proteger los derechos de sus ciudadanos, como un buen goberno democrático. Por esto, España ha sido denunciada por los Derechos Humanos y más organizaciones sociales por incumplir tanto la Constitución como diversos tratados internacionales que han sido aceptados y firmados por el estado español. Esta medida atenta contra el artículo25 de la declaración universal de los derechos humanos, que dice: "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios;". Atenta también contra el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos económicos, culturales y sociales, en el cual se dice que el estado esta obligado a poner todos sus esfuerzos en impedir los desalojos por motivos económicos y en caso de no evitarlos, debe actuar a favor de las familias para que se cumplan todas las garantías del proceso y estas tengan un realojo digno y favorable, y contra el artículo 47 de la Constitución Española, que dice:"Todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo al interés general para impedir la especulación. La comunidad participara en las plusvalías que genere la acción urbanística.
Por consiguiente el problema de los desahucios no sólo afecta a las necesidades básicas de la población, sino que incumple leyes aprobadas por el propio gobierno. Y se ha llegado demasiado lejos. Es el momento de luchar por los derechos del pueblo, por una vida digna.
Los papás y las mamás ya no tienen techo, pero aún tienen voz.
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