lunes, 19 de enero de 2015

Desentiendo


 Sentir desde dentro,
pensar desde fuera
nunca un mismo latido fue tan diferente.
Estoy leyendo mi presente entra taquicardia y taquicardia,
sólo pienso en el pasado cuando nada me hace acelerarme en el ahora
y entre todo este humo que rodea mi mente
veo álitos del futuro que me espera.
Abro mi mente a un corazón nuevo
para sentir mucho más allá
del convencionalismo del amor.
Abro mi mente,
y vuelo entre recuerdos y sueños
que se juntan en algún punto de ese destino
en el que nadie cree pero que todos sufren.
Desentiendo el amor porque lo conocí contigo.
Aprendí a querer más allá de carreteras,
a sonreirle a la imagen de mí misma imaginándote en el espejo,
a entender ciertas palabras como un beso,
a sentir con la intensidad de tener los minutos contados.
Desentiendo el amor como posesión,
el amor como rutina,
el amor como eternidad,
el amor que se vende.
Desentiendo el amor sin amistad,
el amor publicitado,
el amor como escusa.
Desentiendo cualquier definición,
desentiendo el amor hacia una sola persona.
Amo al que amé y al que amaré en el futuro.
Amo cualquier tierra hostil
por la historia que tiene que contar,
amo cualquier tierra virgen
por la que será contada
cualquier amanecer,
cualquier regazo de aire pegándome en la cara.
Amo tanto el lugar donde vivo
como el sitio que nunca pisaré
porque la patria es sólo un invento
y el amor que muchos sentís
una simple actitud aprendida.
Amo el mundo y amar de todas las formas posibles.
Desentiendo el amor
porque es necesario para poder sentirlo.
Desentiendo el amor y ahora sí me siento libre,
y por fin entiendo que la soledad no es más que el canto de una sirena triste,
que la muerte no es más que un pobre hombre que no existe sin la vida,
y que la felicidad es ese ideal por el que todos luchan
mientras tú escondes el sol entre tus dientes.